Hay perros y gatos que les temen a las tormentas, el ruido de la lluvia, truenos o incluso al destello de los relámpagos. Lo último, sucede debido a diversos factores tales como su gran capacidad auditiva o inseguridades no tratadas o no trabajadas a nivel psicológico.
No todos los perros y gatos reaccionan con miedo. Los que sí, arrancan, tiemblan, lloran, bajan las orejas, meten la cola entre las piernas, presentan taquicardia, etc.
BRONTOFOBIA
La fobia a los truenos, rayos, relámpagos o tormentas recibe el nombre de Brontofobia y es mucho más común de lo que imaginamos, no solo en nuestros compañeros, también en humanos, principalmente en niños.
Cabe señalar que nuestros perros puedan no tener fobia a los truenos, pero sí a la lluvia. El sonido de las gotas golpeando la ventana puede ser más que suficiente para asustarlos.
DEJA QUE SE ESCONDAN
No intentes obligarlos a permanecer junto a ti en una habitación en la que no quieran estar. Si quieren esconderse debajo de la cama, en el baño o en un clóset, deja que lo hagan. Si se sienten seguros ahí, no cometer el error de quitarles esa sensación de seguridad.
Debes cerrar puertas, ventanas y persianas y rollers para minimizar el ruido.
PERMANECER CALMADOS, DARLES CONTENCIÓN
Si estamos inquietos, lo detectarán y se pondrán más nerviosos todavía. Tu calma es fundamental para que no se alteren más.
Si tu perro se esconde bajo la cama, acompáñalo, para que sepa que estás ahí. No hagas nada, simplemente permanece ahí de forma tranquila, puedes cantar algo para que detecte tu tranquilidad. Si tu gato se refugia en una cajonera o clóset, lo mismo.
El objetivo es transmitir calma, tranquilidad y sosiego. Si están muy alterados, evitar acariciarlos. No caigas en el error de retarlos o de mostrarte alterado.
Ahora, si no puedes ayudarlos siguiendo los consejos expuestos, es mejor que acudas a un etólogo canino, él podrá hacerlo. Si no logras relajar a tu gato, consulta a tu veterinario, tal vez sea necesario acudir a algún tipo de tratamiento médico.
NO LOS DEJES EN EL PATIO
Menos encadenados durante una tormenta o sistema frontal. Las casas de perros no son refugios seguros.