En esta dinámica de “enseñanza”, con el tiempo se volverán temerosos y agresivos.
Además, se verá afectado su sistema digestivo e inmunitario.
Usando la violencia física y psicológica, no es la forma correcta de educar a un perro. Es todo lo contrario y es maltrato animal. Bajo estrés, no aprenderán. Lo único que obtendrán los tutores, es que sus perros les tengan terror. Si esta dinámica es constante, se volverán ansiosos, inseguros, depresivos y agresivos. Este estado lleva al deterioro de su sistema inmunitario y digestivo. 𝐄𝐥 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐞𝐭𝐨.
𝐓𝐈𝐏𝐒 𝐄𝐃𝐔𝐂𝐀𝐓𝐈𝐕𝐎𝐒
La educación positiva se basa en utilizar refuerzos positivos para crear una relación de confianza y respeto. Es fundamental crear una rutina y la participación del núcleo familiar. Antes, deberemos descartar que nuestro amigo sufra de problemas del comportamiento, para ello, es necesario un etólogo.
- Refuerza positivamente premiando si obedece una instrucción con felicitaciones, juegos, caricias y recompensas comestibles. Esto lo motivará.
- Considera el uso de un clicker para que asocie el clic a un premio.
- Ignorar los comportamientos indeseados. Así aprenderá que no hay recompensas.
- Utiliza comandos verbales firmes como «no» o «fuera» para que entienda que está haciendo algo mal.
- Si lo pillas en algo, corrígelo (sin alterarse, gritar o castigarlo) justo en ese momento. Si pasan horas, no entenderá por qué.
- Establecer reglas claras y aplicarlas siempre. No ser incoherente, por ejemplo, dejarlo subir al sillón varias veces y luego prohibirle. Sentirá confusión.
- Si defeca en el interior de la casa, jamás tomes sus excrementos para enrostrárselos. Por miedo, puede comer sus heces y esto es un riesgo para su salud.
En el proceso de educación de nuestros compañeros, debemos ser pacientes, constantes y cariñosos. No importa si es adulto, ¡los perritos siempre aprenden! Si tienes posibilidad de acceder a un profesional, bien.